Imagínate que me pego (pluraliza si quieres) la panzada de ir hasta Marbella,
gastándome un dinero que no me sobra, perdiendo días de trabajo; que llego a la
plaza de toros, sale

y nos da
un concierto de noventa minutos, repitiendo aquellas sensaciones de hieratismo y
distancia de años atrás. Pues qué quieres que te diga, JC, para mí algo así
habría sido la "caída del mito", la muerte en mi cabeza de muchas piezas que no
deseaba que murieran.

, Prince,
o lo que hay en mi cabeza de

o
Prince, es suficientemente importante como para permitirme negatividades al
respecto, incluso si es él mismo quien estropea su imagen. JC, creo que fuimos a
Marbella arriesgando gran parte de nuestro bagaje personal, de nuestro 'porqué'
en este planetita azul.
Los escasos días que tuve para hacerme a la idea de que sí, de que iba a volver
a ver a

cinco años después de
París'93 pasaron velocísimos, como estrellas fugaces... y dos amigos y yo nos
subimos a un coche y atravesamos la Península de norte a sur rumbo a Marbella.
Dios mío, Dios mío, ¡que merezca la pena!
Pues bueno, JC, me resulta emocionante escribirte todo esto, porque aquí, en
Marbella, es donde se cruzan nuestras biografías, donde nuestros respectivos
veranos'98 traspasan el mismo filtro. ¿Qué podemos decir de aquello? ¿Cómo pasar
al papel los sentimientos y sensaciones de aquel mágico ocho de agosto? Bouf,
hasta la luna llena quiso darse cita aquella noche.
 |
Comienzo del concierto |
Pasando por encima del concierto (que ya es mucho pasar) creo que el mejor
resumen, el mejor recuerdo de lo que ocurrió encima de aquel inacabado
escenario, es LA CARA que se nos quedó a los fans que habíamos llegado de toda
España para no perdernos ese concierto tan mal organizado y tan lleno de miedos
y desconfianzas. Creo que la cara de satisfacción, gozo, éxtasis y FELICIDAD que
teníamos TODOS, los nuevos y los más legendarios fans, aglutina a la perfección
toda la descarga emocional que, mucho más allá de la música, nos enganchó de la
cabeza a los pies y nos transportó durante casi tres horas y media yo no sé ni
adónde. ¿Lo sabes tú, JC? ¿Tú sabes a dónde viajamos aquella noche marbellí?
Sinceramente, JC, quizá fue porque conseguí llegar a aquella segunda fila con la
información reducida al mínimo, pero es que desde que vimos a

en la mesa de sonido y
segundos después en el escenario probando los teclados, yo comprendí que esa
noche no iba a resultar nada convencional. Supongo que la mayoría de los
seguidores que estábamos allí (me olvido de aquellos que fueran 'a ver qué es
esto') podríamos hacer un 'repertorio ideal', una lista de temas sagrados en
nuestro corazón. Pero esta lista no nos corresponde hacerla a nosotros, sino al
mismo

(supongo) y, te lo puedo
asegurar, lo que vimos y oímos aquella noche en aquel escenario se parecía mucho
a mi 'repertorio perfecto'. Siempre añadiríamos algo, pero no se trata de eso.
JC, piensa: Dorothy Parker, The Beautiful Ones, Darling Nikki, If I Was Your
Girlfriend... Gett Off, The Ride, Days Of Wild... en fin, no quiero hacer una
lista porque creo que no hace falta, pero a lo que voy es a que el número de
teclas del piano de nuestras almas que

pulsó aquel ocho de agosto fue
inmenso; cantó, bailó, guitarreó, y lo más importante: SE DIVIRTIÓ. Aquel día

se lo pasó en grande, estoy
convencido de esto, disfrutó como un niño en la tienda de juguetes. Con Larry,
con el público, con todos sus instrumentos, con la luna, aquella noche la
disfrutó como nunca le había visto; aquello fue la hostia, fue la bomba, fue
increíble, fue la máxima expresión de mi cabeza explotando, dinamitándose,
vaciándose, llenándose. Fue lo más, lo más y lo más. Funky, FUNKY COMO CHURROS.
M.E.R.E.C.I.Ó. L.A. P.E.N.A.
Creo que aquel concierto no sólo mereció la pena. A mí me hizo ver que todo el
Prince &

que llevo dentro
tiene un porqué, un significado. Eliminó cualquier duda previa que yo podía
tener, me devolvió a la vida, me demostró que su música tiene para mi alma esa
importancia TRASCENDENTE de las experiencias religioso-místicas. No exagero, no
quiero exagerar, pero se me acaban los superlativos. Sé que tú entiendes lo que
he dicho porque lo vivimos juntos; de hecho, espero tus propias palabras, JC.
Escrito por DMSR.
Publicado anteriormente el 20 de enero del 2004.
Relato-carta escrito en noviembre de 1998, extraído del libro "ESTRELLAS DE MAR
Y CAFÉ" (EGC editores. 2001) con permiso del autor.