Florida goza de un clima semitropical, los inviernos allí son menos lluviosos que los húmedos veranos, pero aún así, aquella noche cayó de manera bastante copiosa. Se dudó si llegaría a suspenderse la actuación del descanso, pero Prince dijo que estaba preparado a pesar de la lluvia y dio la instrucción de salir al escenario. Sabía que estaba ante la actuación televisiva más importante de su carrera y, aunque la lluvia lo perjudicó en primera instancia, la conexión final con "Purple Rain" hizo que esta circunstancia se volviera a su favor. Aunque los fans nos quedamos con un sabor agridulce tras esta actuación, la crítica lo elevó a los cielos. Recuerdo aquel día, cuando a través de una de las emisoras de radio deportivas españolas, donde se debatía todavía con lo típico de que si Prince se había cambiado el nombre o si estaba muerto, que tras la actuación todos coincidían con que había sido la mejor de los últimos años. Prince salió entre humo y lluvia desde debajo del escenario, que por primera vez era el símbolo, y atacó con "Let's Go Crazy". La enlazó con un medley muy americaneizado entre "Baby I'm A Star", "Proud Mary" y "All Along The Watchtower", para luego versionear "Best Of You" de los Foo Fighters en una versión más guitarrera si cabe que la original. Pero en realidad lo que todos esperaban era "Purple Rain", que la dejó para el final e hizo las delicias de toda la audiencia, tocada en medio de la torrencial lluvia natural de aquella noche. Aunque los fans vimos una actuación igual de buena que muchas otras, incluso mejorable, a día de hoy todavía está considerada como una de las mejores en toda la historia de la Super Bowl.
