Finalizada la gira australiana de 11 conciertos, Prince trasladó su piano a Oackland (California) para continuar con sus recitales. Tras el éxito de los dos primeros conciertos en el Paramount Theater con aforo para poco más de 3.000 personas, dada la demanda existente el artista acaba de anunciar un tercer concierto en esta ciudad para el próximo 4 de marzo. Para esta ocasión el espectáculo se traslada al Oracle Arena, con capacidad para más de 19.500 espectadores, con escenario en la pista central. Las entradas están a la venta y los precios, aunque de muchos tipos, algunas son más que desorbitados: 49,50$ la más barata en la zona más lejana de la grada y 4.208$ en la zona VIP, se supone que a escasos metros del artista y con algún tipo de privilegio a mayores. Increíble la expectación y locura que ha desatado esta sencilla gira.
6 comentarios:
No es un robo? Ja... Aunque sea Prince digo...
Ahora en la web del Oracle Arena, han cambiado los precios: 101$ la más barata, 1880$ la más cara. Parece que están vendiendo las últimas ya.
Y en ticketmaster parece que los precios oscilan entre 50$ y 500$. Así no hay manera de dar una información fiable xD
En cualquier caso el éxito continua. A mí, sinceramente, no me motiva especialmente este formato pero algo debe tener cuando la expectación es tan grande...
Espero que venga pronto a Europa, para poder conseguir el "Phase Two" en CD a un precio razonable ;-)
Este éxito del formato no es nuevo y la explicación se antoja sencilla: los artistas grandes grandes como Prince usan mucho de la parafernalia y la fastuosidad tanto musical como escénica para sus shows, así que, ofrecer al público algo tan simple es una experiencia muy distinta y casi impensable que atrae a mucha gente. En el caso, además, de los grandes y auténticos músicos, instrumentistas y compositores como el de Minneapolis, pues resulta todavía más sugerente. Tiene su lógica.
Si mal no recuerdo, hace unos años Bruce Springsteen hizo una gira similar, pero sentado él solito en una banqueta con tan sólo una guitarra acústica, y cosechó también un éxito brutal de taquilla, incluso en España, donde estos experimentos son muy arriesgados, dada la poca cultura musical en plan "Bisbal y la canción del verano reggaetón sabrosón" de la que suelen hacer gala los españoles, de ahí que no me sorprende demasiado, si bien, iría pero no me resulta demasiado llamativo, porque para ver a Prince prefiero que ponga toda la carne en el asador y luego un aftershow intimista, así tengo de todo para una vez que viene por estos lares. Creo que merece más la pena que esto...
Está claro, parece que la gente valora la oportunidad histórica y posiblemente única e irrepetible de ver a un artista en un formato tan íntimo.
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