Ya ha pasado un año desde que Prince hiciera explosionar su web para dar entrada a un mundo espacial lleno de sorpresas, música, descuentos, sorpresas, vídeos, conciertos, sorpresas y muchas sorpresas más. Después del lanzamiento del tripe CD (Lotusflow3r, MPLS Sound y Elixir), de afortunada calidad, a Prince parece faltarle esa figura del asesor, manager, promotor, o dicho en su lenguaje, marioneta que a veces pone las cosas en su sitio fijando cuatro pautas básicas a seguir.
Tras anunciar públicamente una expectacular nueva web, el principal desarrollador de la misma, Clay, viene de quejarse de que el artista ha soltado material muy a cuentagotas tras numerosos recordatorios del mismo a los que Prince pareció cansar y acabar con él en la calle. El colmo del asunto viene tras el despiste que tuvo Clay en la configuración del la web, cuyo sistema renegoció nuevamente la cuota de inscripción del año pasado y que algunos miembros volvieron a pagar en primera instancia sin su consentimiento. Una cuota tras cuyo pago de 77$ daba acceso a todo el submundo que nos deslumbró durante todo un año, es decir, unos pocos vídeos inéditos, unas entradas a la venta para un puñado de conciertos y unas camisetas maravillosas de todos los tallajes, es decir, lo mismo que ofrecen otros artistas si previo pago de nada. Es sin duda, la edición más triste de una web de Prince.
Como puntilla, en Irlanda, un juzgado lo ha sentenciado a indemnizar a los promotores del concierto que canceló el año pasado en Dublín en el último segundo. 3 millones de dólares a los que Prince se comprometió empezar a pagar en febrero y de los que nadie parece haber visto un céntimo. Al parecer, los irlandeses se están cachondeando a base de bien sobre las excentricidades y cambios de planes del artista.
Sin duda, un año desafortunado solo salvado por un buen disco, "Lotusflow3r". Ahora, se pide un cambio a gritos. Que alguien le diga a este señor que se deje asesorar un poco.
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