Un recorrido por los afectos, desde la vida y la obra de Prince.
“Me encanta bailar.... bailaría durante horas!” No es difícil toparse con una frase tan recurrente... Cualquiera de nosotros hemos escuchado en alguna ocasión a alguna persona pronunciarla. Esa persona baila, además de porque disfruta de su particular evasión, porque le gusta mostrarse, exhibirse, porque se sabe deseada, recorrida por quienes la rodean... Le gusta sentirse guapa, sentirse admirada y es consciente incluso con los ojos cerrados, que a cada golpe de cadera, en cada movimiento, habrá siempre unos ojos ajenos que se detienen en ella. Acaso bailaría sola con la misma intensidad, sin nadie que la rodeara, alimentándose de su propio reflejo?