10 de septiembre de 2011

European Tour I (1998)

Marbella, 8 de agosto de 1998

Es curioso, pero el martes 4 de agosto yo todavía tenía dudas respect-o a si el sábado 8 iba a haber concierto o no. Las noticias habían surgido escasos días antes, a través de internet, a la velocidad de la luz. Marbella me queda muy lejos, y el hecho de no poder comprar entradas como Dios manda no me facilitaba el organizar un viaje tan precipitado, casi una aventura, teniendo que recomponer la agenda de trabajo, que, como sabes, no es tarea fácil.



Prince a su llegada a Marbella

Apuesto a que no te lo vas a creer, pero yo no estaba seguro de querer ir a Marbella para ver un concierto de . Veo como algo seguro que si un amigo que quería verle por primera vez no me llega a "empujar" yo me habría quedado en casita tan tranquilo. Preparar el viaje me estaba resultando TAN costoso que dudaba muy seriamente de si aquello iba a merecer la pena. Y es que empezaron a sobrevolarme muchos fantasmas negativos del pasado. Para empezar me volvieron a la mente los fantasmas del noventa y tres, cuando yo fui a Madrid y a París con el alma rota en mil pedacitos y no sólo no me enteré de nada sino que no pude ni supe aprovechar unos conciertos que, años después, iba descubriendo lo maravillosos que habían sido. O sea, que dudaba de mi propia capacidad para captar, entender y absorber un directo "en vivo" de . Pero no sólo dudaba de mí, también tenía un margen de duda hacia la figura de . En los últimos años le hemos visto hacer cosas tan raras que dudaba del personaje que ese día, ese 8 de agosto, estaría sobre el escenario de la Plaza de Toros de Marbella. Un personaje que ya en el noventa y tres me pareció alejado millones de kilómetros del público que le rendíamos nuestros cuerpos y nuestras mentes. Luego llegaron aquellos conciertos en los que renegaba de todo su material, en los que pasaba de todo, en los que ni siquiera bailaba. Algunas cosas del 96 ó 97 tampoco eran excelentes, reconoce que tú también tenías recelos a muchas cosas... Y enfrentarse a tantos augurios de POSIBLE CHASCO me parecía algo muy arriesgado, algo por lo que no estaba seguro de querer pasar.

Imagínate que me pego (pluraliza si quieres) la panzada de ir hasta Marbella, gastándome un dinero que no me sobra, perdiendo días de trabajo; que llego a la plaza de toros, sale  y nos da un concierto de noventa minutos, repitiendo aquellas sensaciones de hieratismo y distancia de años atrás. Pues qué quieres que te diga, JC, para mí algo así habría sido la "caída del mito", la muerte en mi cabeza de muchas piezas que no deseaba que murieran. , Prince, o lo que hay en mi cabeza de  o Prince, es suficientemente importante como para permitirme negatividades al respecto, incluso si es él mismo quien estropea su imagen. JC, creo que fuimos a Marbella arriesgando gran parte de nuestro bagaje personal, de nuestro 'porqué' en este planetita azul.

Los escasos días que tuve para hacerme a la idea de que sí, de que iba a volver a ver a  cinco años después de París'93 pasaron velocísimos, como estrellas fugaces... y dos amigos y yo nos subimos a un coche y atravesamos la Península de norte a sur rumbo a Marbella. Dios mío, Dios mío, ¡que merezca la pena!

Pues bueno, JC, me resulta emocionante escribirte todo esto, porque aquí, en Marbella, es donde se cruzan nuestras biografías, donde nuestros respectivos veranos'98 traspasan el mismo filtro. ¿Qué podemos decir de aquello? ¿Cómo pasar al papel los sentimientos y sensaciones de aquel mágico ocho de agosto? Bouf, hasta la luna llena quiso darse cita aquella noche.

Comienzo del concierto
Pasando por encima del concierto (que ya es mucho pasar) creo que el mejor resumen, el mejor recuerdo de lo que ocurrió encima de aquel inacabado escenario, es LA CARA que se nos quedó a los fans que habíamos llegado de toda España para no perdernos ese concierto tan mal organizado y tan lleno de miedos y desconfianzas. Creo que la cara de satisfacción, gozo, éxtasis y FELICIDAD que teníamos TODOS, los nuevos y los más legendarios fans, aglutina a la perfección toda la descarga emocional que, mucho más allá de la música, nos enganchó de la cabeza a los pies y nos transportó durante casi tres horas y media yo no sé ni adónde. ¿Lo sabes tú, JC? ¿Tú sabes a dónde viajamos aquella noche marbellí?

Sinceramente, JC, quizá fue porque conseguí llegar a aquella segunda fila con la información reducida al mínimo, pero es que desde que vimos a  en la mesa de sonido y segundos después en el escenario probando los teclados, yo comprendí que esa noche no iba a resultar nada convencional. Supongo que la mayoría de los seguidores que estábamos allí (me olvido de aquellos que fueran 'a ver qué es esto') podríamos hacer un 'repertorio ideal', una lista de temas sagrados en nuestro corazón. Pero esta lista no nos corresponde hacerla a nosotros, sino al mismo  (supongo) y, te lo puedo asegurar, lo que vimos y oímos aquella noche en aquel escenario se parecía mucho a mi 'repertorio perfecto'. Siempre añadiríamos algo, pero no se trata de eso. JC, piensa: Dorothy Parker, The Beautiful Ones, Darling Nikki, If I Was Your Girlfriend... Gett Off, The Ride, Days Of Wild... en fin, no quiero hacer una lista porque creo que no hace falta, pero a lo que voy es a que el número de teclas del piano de nuestras almas que  pulsó aquel ocho de agosto fue inmenso; cantó, bailó, guitarreó, y lo más importante: SE DIVIRTIÓ. Aquel día  se lo pasó en grande, estoy convencido de esto, disfrutó como un niño en la tienda de juguetes. Con Larry, con el público, con todos sus instrumentos, con la luna, aquella noche la disfrutó como nunca le había visto; aquello fue la hostia, fue la bomba, fue increíble, fue la máxima expresión de mi cabeza explotando, dinamitándose, vaciándose, llenándose. Fue lo más, lo más y lo más. Funky, FUNKY COMO CHURROS.

M.E.R.E.C.I.Ó.   L.A.   P.E.N.A.     Creo que aquel concierto no sólo mereció la pena. A mí me hizo ver que todo el Prince &  que llevo dentro tiene un porqué, un significado. Eliminó cualquier duda previa que yo podía tener, me devolvió a la vida, me demostró que su música tiene para mi alma esa importancia TRASCENDENTE de las experiencias religioso-místicas. No exagero, no quiero exagerar, pero se me acaban los superlativos. Sé que tú entiendes lo que he dicho porque lo vivimos juntos; de hecho, espero tus propias palabras, JC.



Escrito por DMSR.
Publicado anteriormente el 20 de enero del 2004.
Relato-carta escrito en noviembre de 1998, extraído del libro "ESTRELLAS DE MAR Y CAFÉ" (EGC editores. 2001) con permiso del autor.

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