Actuación en la Super Bowl |
Por cuarto año consecutivo Prince se propuso seguir con su estrategia más comercial para continuar en la cresta de la ola dentro de la industria que así seguía reconociendo su mérito. En enero ganó el "Globo de Oro" del cine por Mejor Canción Original por el tema "Song Of The Heart" que había publicado el año anterior para la película "Happy Feet". En febrero fue nominado a cinco Grammys y en marzo ganó el premio al Mejor Artista Masculino en los "NAACP Image Awards". La noche del 4 de febrero Prince actuó en el descanso de la final de la Super Bowl americana. Aunque en el momento de la actuación caía una lluvia intensa sobre el escenario, Prince supo mantener la compostura en una brillante actuación que cerraría con "Purple Rain" ante 140 millones de televidentes en todo el mundo, en uno de los mayores momentos de audiencia televisiva de todo el año en su país.
Recién finalizados sus conciertos en Las Vegas, el artista anunció para el verano una nueva serie de conciertos en una nueva ciudad. Esta vez Londres parecía ser la elegida en el regreso al viejo continente. Inicialmente se anunciaron 7 conciertos en la sala O2 Arena con capacidad para 20.000 espectadores, pero las 140.000 entradas se vendieron en solo 20 minutos a un precio de 31,21 libras, por lo que finalmente el evento se prorrogó a 15 noches más, lo que totalizaría un total de 21 noches de lleno hasta la bandera en un record absoluto que ningún artista consiguió igualar. Tan solo Michael Jackson se propuso superarlo pero su trágica muerte acabó con las esperanzas.
Prince se propuso distribuir gratuitamente su nuevo disco "Planet Earth" a todos los asistentes a los conciertos, tal y como había hecho con "Musicology" (2004), dando un nuevo mareo a los canales de distribución que las discográficas venían practicando tradicionalmente, así que, para mayor delirio regaló el disco el 15 de julio con la revista "The Mail On Sunday" distribuido en toda Gran Bretaña e Irlanda como distribución general para toda Europa y lo publicó en tiendas en Estados Unidos el 24 de julio. El disco volvió a ser número 1 en las listas de R&B en su país y número 3 en las de pop. En Europa, debido a esta distribución poco tradicional las ventas cuajaron de manera diferente. Se convertía por tanto en el tercer disco consecutivo que aupaba a Prince a lo más alto. En agosto, y tras actuar por primera vez en el Festival de Jazz de Montreux (Suiza), inició la serie de 21 conciertos y 13 aftershows en Londres que lo mantendría ocupado hasta el 21 de septiembre.
El artista finalizó el año recogiendo los frutos de sus rentables conciertos tras haber dejado en un segundo plano la distribución del nuevo álbum cuyos beneficios fueron escasos. Convencido de que la distribución de los discos tenía que salirse del sistema tradicional en un mercado que nada tenía que ver con lo que fue antaño, se dispuso a maquinar una nueva manera de reinventar el negocio de la música.
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