17 de agosto de 1993, Auditorio Monte do Gozo, Santiago de Compostela.
Las sensaciones que un fan puede tener cuando, por primera vez en su vida, va a poder ver muy de cerca a su ídolo, son totalmente indescriptibles. Se puede decir que hay un antes y un después en tu vida cuando este hecho tan importante se produce.
ANTES:
En mi caso, hasta esa fecha, todo lo que había llegado a mis manos de Prince en directo se reducía, por este orden, a La Coruña 1990 (mi eterno agradecimiento a la televisión de Galicia por esta histórica retransmisión), la primera parte de Madrid 1990 en el Vicente Calderón (emitido por la cadena 40), Prince and The Revolution Live! (1 vhs), Lovesexy 1988 (2 vhs), Sign Of The Times (la famosa película en vhs), y algún que otro fragmento suelto que había conseguido o grabado por aquí y por allá… poco, muy poco en comparación con lo que el músico llevaba ya a sus espaldas (15 años de carrera) pero mucho comparado con lo que debido a mis limitados medios había podido conseguir.
El Año Santo me brindó la oportunidad de, por fin, poder verle en directo. Un mes muy propicio para mí y que no estaba dispuesto a desaprovechar bajo ningún concepto. Debido a que a ninguno de mis amigos le gustaba Prince ni por asomo, tuve que tirar de la familia: mi hermano menor y un primo mayor fueron mis compañeros de fatigas.
Y llegó el gran día. Las 11 de la noche era la hora anunciada para el comienzo del espectáculo, así que a las 4 de la tarde, yo y mis dos acompañantes, ya estábamos rondando las instalaciones del Monte do Gozo de aquel soleado 17 de agosto de 1993.
Algunos fans muy madrugadores ya estaban también por allí, muchos de ellos ataviados con prendas negras (como yo y la mayoría) o color melocotón, tal y como el artista había pedido para asistir a sus conciertos, los típicos puestos de camisetas y demás e incluso un grupo de jóvenes que recogían datos de la gente voluntariamente para, decían, fundar un club de fans.
Después de aproximadamente una hora de merodear por aquí y por allá, nos sentamos en una de las puertas, junto con unas 50 personas más, y a esperar…
La prueba de sonido nos sorprendió a todos, con acordes de temas como “My Name Is Prince” o “Sign Of The Times”, pero que era imposible poder ver, a pesar de que yo y alguno más lo intentáramos.
Las 8 de la tarde. Llegó la hora de abrir las puertas. El lugar estaba ya repleto de gente que había ido llegando en autobuses, turismos o caminando y el nerviosismo ante la inminente apertura del recinto nos pasó factura. Una muy mala organización, al menos en nuestra entrada, nos hizo perder unos valiosísimos minutos, que nos privó de poder coger sitio en la zona reservada para los más madrugadores ante el escenario. Cuando llegamos a la valla que limitaba esta zona, ya no se podía entrar en ella y toda la gente que allí se encontraba estaban ya sentados y acomodados… primer cabreo. Cuatro horas de espera no habían valido para (casi) nada. Aunque algo estaba claro: ni el cansancio, ni el calor, ni tan siquiera la sed, me moverían ya de aquel sitio… mi sitio.
El lugar que allí nos encontramos respiraba ambiente Prince por todos lados. Había una música de fondo con temas, entre otros, de la NPG (álbum “Goldnigga”, ¿quizá?) y una gran torre central de iluminación presidida en todo lo alto por una esfera que albergaba en su interior el nuevo símbolo y la publicidad de la compañía que patrocinaba la gira: Coca-Cola. Un gran escenario, muy alto, rodeado de telones negros que impedían ver toda su estructura y con todos los instrumentos perfectamente colocados y también tapados con telas negras… a excepción de una “blue angel” amarilla (Oh, My God!) apoyada en un teclado que, a juzgar por la persona que la manipulaba, no parecía estar apta para aquella noche.
Tras una hora aproximadamente de espera y en la que un “gorila” se paseó por donde yo estaba inspeccionando que todo estuviera en orden y cuando el recinto albergaba ya más de la mitad del aforo, comenzó su actuación el telonero de aquella noche: Marc Parrot. Tras un frío recibimiento y una media hora de buen pop rock se retiró del escenario consiguiendo arrancar una calurosa ovación.
Minutos después, y cuando el Auditorio estaba ya casi al completo (las crónicas hablaron de unas 30.000 personas), un gran telón negro con un enorme símbolo color oro en el centro, se desplegó cubriendo totalmente el escenario a la vista… ya faltaba menos, el momento tan ansiado que todos estábamos esperando, estaba a punto de llegar.
EL SHOW:
Prince y Mayte en uno de los primeros temas del concierto |
Justo 4 minutos antes de la hora prevista, se apagaron las luces y una voz nos anunció: Señoras y señores, bienvenidos a Prince and the New Power Generation!. Los primeros acordes de “My Name Is Prince” comenzaron a sonar, el telón cayó de repente, enormes llamaradas, la voz de Prince que nos gritaba Santiago!!, mientras la que parecía su figura bajaba sentada en un columpio desde lo alto del escenario, nos sorprendió a todos y en medio de un ensordecedor griterío, dio comienzo el espectáculo.
Después de que aquella figura se despojara de la ropa y nos hiciera descubrir lo que algunos ya empezábamos a sospechar, que no era él sino Mayte, el primer tema finalizó y al compás de “Sexy MF” apareció, esta vez sí, el gran genio de Minneapolis!. No me lo podía creer, allí estaba yo, dejándome arrastrar por la marea humana y gritando como un poseso: Sexy motherfucker!!.
Todo lo demás ya es historia: La emoción con “The Beautiful Ones”, el delirio con “Let´s Go Crazy” o la cumbre con “Purple Rain”, junto a temas como “Kiss”, “The Cross”, “Sometimes It Snows In April”, “Sign Of The Times”, “Venus de Milo” y “Little Red Corvette” (al piano), “Strollin”, “Scandalous” o “Girls And Boys” pusieron fin a la primera hora larga de actuación.
“Seven” fue el siguiente tema interpretado y después de una nueva pausa un enérgico medley compuesto, entre otros, por “1999”, “Baby I´m A Star”, “D.M.S.R.” o “It´s Gonna Be A Beautiful Night”, dieron por concluido el grueso del show.
Una nueva espera que pareció interminable hizo que Prince volviera de nuevo al escenario por última vez. Después de una charla de Mayte en castellano sobre el cambio de nombre y demás, se nos presentó un nuevo y último tema: “Johnny”.
Casi dos horas después de comenzar el show, Prince se despidió de nosotros con su clásico “thank u, goodnight”. Las luces se encendieron y se dio por finalizado definitivamente el espectáculo.
DESPUÉS:
Una extraña sensación mezcla de cansancio, sed y alucinación ante lo que acababa de vivir me invadía mientras abandonaba el auditorio. Las crónicas dijeron que había sido su concierto más flojo a su paso por España… pero eso ya no importaba, Prince estuvo allí, yo estuve allí para verlo y mi vida ya no sería la misma después de todo aquello…
Todavía pude echar un último vistazo a mis espaldas y ver por última vez aquel recinto al aire libre mientras la gente abandonaba el lugar… una imagen que quedará grabada en mi cerebro para siempre.
Escrito por greetfunky.
Publicado anteriormente el 28 de septiembre del 2004.
Publicado anteriormente el 28 de septiembre del 2004.
2 comentarios:
Pidió que todo el mundo fuese de negro y casi nadie le hizo caso, yo incluida.
Fue un concierto increíble y es decir poco...
Yo estuve allí, tenía 14 años, con una camiseta negra con su silueta, impresionante
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